Por
Odilio Carlos Francis Davis
En
otrora, tenía la firme creencia en el sentido que para trabajar en laboratorio
se requiere un espacio bien adecuado y bien dotado. El recorrido y la experiencia
lograron cambiar esa premisa errónea de mi parte y quizás, de muchos docentes
del área de ciencias naturales y educación ambiental.
Rememorando
un poco, la genialidad de Einstein no se basó en procesos experimentales, el
usó siempre su imaginación y a partir de allí, generar teorías que explicaran
el funcionamiento del mundo y de la vida. Otros como Nikola Tesla, también
usaron su razonamiento e imaginación combinándolos con la experimentación. Es
decir, el punto de arranque de toda idea nace a través del ejercicio del
pensamiento. Y es aquí, donde la experimentación se hace necesariamente
presente, para que el dicente (alumno) a partir de lo concreto (la
experimentación) llegue al pensamiento abstracto y futurizador (lo abstracto);
al llegar a esta última etapa, ya el alumno estará en capacidad de construir su
propio conocimiento. De hecho, las ciencias naturales han sido siempre una
fuente de conocimientos para entender su entorno.
Las
practicas realizadas en el espacio experimental del Intecoba , buscan que el
alumno, siguiendo una guía procedimental (con una explicación teórica previa
que crea un campo común con el experimento a realizar) , unos interrogantes que
lo hagan PENSAR al responder teniendo como referente de ayuda para las mismas,
la prueba experimental. Hay un PLUS en este esfuerzo y es notar que los alumnos
disfrutan de estar en el laboratorio, es notable como su actitud, en la mayoría
de los casos, cambia positivamente. Todo el ciclo culmina con la elaboración de
un informe. Semánticamente, es entendible que guarda relación estrecha con el
método científico: hay observación, planteamiento de hipótesis a través de la
guía del laboratorio que el alumno tiene al momento de iniciar la práctica, el
desarrollo de la experiencia y las conclusiones que entrega dentro del informe
de laboratorio.
Estamos
aún lejos en nuestra IE de lograr la meta establecida del área de “desarrollar
el pensamiento científico, pero convencido estoy de que estamos en el camino
correcto, ya que es un poco difícil por no decir, una extrema utopía, que se
logre llevar el pensamiento del alumno a ese nivel, únicamente con teoría. La
estrategia comprobada es que los dicentes puedan vivenciar el concepto visto en
clase y solo, cuando logren ir construyendo su propio concepto, habrán
alcanzado la meta completa.
El
espacio experimental es la estrategia más eficaz para pasar de lo abstracto a
lo concreto y viceversa con una ventaja adicional: el desarrollo del
pensamiento científico forma ciudadanos con conocimiento y una personalidad más
sólida que le permite, en la marea social actual, no ser víctima de otros (del
estado por ejemplo) por ignorancia y falta de pensamiento propio y de criterios
críticos, tal cual como se halla estatuido en la ley general de la
educación(ley 115 de 1994).